El Frente Nacional de Resistencia Popular afirma que el regreso del ex presidente Manuel Zelaya es positivo, pero sostiene que nada cambió en el país: continúan las violaciones a los Derechos Humanos y las persecusiones.
La situación en Honduras se mantiene estancada o peor, no se ha resuelto nada y la crisis política, económica y social se acentúa tras el llamado Acuerdo de Cartagena, firmado el 22 de mayo por el presidente Porfirio Lobo y el derrocado Manuel Zelaya, por el que este pudo regresar al país, aseguraron de paso por Buenos Aires dos militantes del Frente Amplio (FA), el nuevo partido creado por Zelaya.
El dirigente sindical Carlos Reyes y Juan Barahona, coordinadores del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y miembros del FA, reconocieron que el retorno del ex presidente es muy positivo y lo consideraron como una victoria, porque “fue nuestro reclamo desde el golpe de Estado”, dijo Barahona.
Sin embargo, se mantiene la violación de los Derechos Humanos y la represión desatada sobre los activistas de izquierda desde el golpe del 28 de junio de 2009. “Definitivamente, en lo que se refiere a los Derechos Humanos, en lo que se refiere a la vida, se sigue atentando contra ella”, afirmó Reyes.
El líder sindical relató que en las últimas semanas fueron asesinados los hijos de un partidario de Zelaya en Olancho, su región natal, y un sacerdote reconocido por su labor a favor de los Derechos Humanos, el padre Fausto Milla, tuvo que huir del país por segunda vez (la primera fue en la década de 1980, en los años de plomo del intervencionismo estadounidense) tras recibir amenazas de muerte.
Además, a Enrique Flores Lanza, ministro de la presidencia de Zelaya, se le abrió un proceso judicial por corrupción durante el régimen que se instauró tras el golpe de Estado encabezado por Roberto Micheletti, y enfrenta la posibilidad de ser encarcelado de forma preventiva, lo cual violaría también lo acordado en mayo.
Para evitar la prisión, tendría que pagar una fianza de 1,5 millones de dólares impuesta por “una Corte Suprema golpista”, denunció Reyes.
Representantes de Venezuela y Colombia, cuyos presidentes fueron garantes del Pacto de Cartagena, visitaron Honduras para verificar el cumplimiento de los acuerdos pero todavía no han presentado ningún informe al respecto.
Por ello, el FNRP considera que ese acuerdo no fue más que “una trampa para lograr el regreso del país a la Organización de Estados Americanos (OEA) y, a la vez, para decir que en Honduras no ha pasado nada”.
Reyes sostuvo que “los medios de comunicación de la oligarquía empezaron diciendo que en Honduras no había habido un golpe de Estado y ahora dicen que en Honduras hay reconciliación, que todo es paz y tranquilidad y eso es completamente falso”.
Para contrarrestar esa versión idílica, y para pedir que se mantenga la actitud solidaria hacia el pueblo hondureño, Reyes y Barahona visitaron Uruguay y Argentina.
En Montevideo fueron recibidos por el presidente José Mujica y en Buenos Aires se reunieron con distintas entidades del movimiento social y con el secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno, Óscar González.
“En Argentina, nuestro mensaje tuvo una amplia receptividad, estamos satisfechos con la respuesta del pueblo argentino, que siempre fue solidario con nuestra lucha”, destacó Barahona, que fue uno de los portavoces más activos del FNRP durante las manifestaciones que pidieron cada día, durante casi seis meses, la restitución de Zelaya.
Pese a todo, Reyes, que durante el golpe fue herido cuando participaba de una manifestación y luego renunció a su candidatura presidencial para las elecciones de noviembre 2009 por considerar que no se daban las condiciones de libertad democrática para su celebración, indicó que la consecución del retorno de Zelaya fue “un golpe para la oligarquía, que lo quería tener afuera del país”.
Además, “los oligarcas pensaban que Zelaya se iba a reintegrar a su partido (el Partido Liberal) para que el bipartidismo siguiera reinando y así dejar olvidado el golpe de Estado, pero definitivamente no fue así”, indicó. El ex presidente “se sumó a un Frente Amplio que será el brazo electoral del FNRP en las próximas elecciones generales de 2013.
Según la Constitución vigente, Zelaya ya no puede volver a presentarse como candidato a la presidencia, pero uno de los objetivos del FA es la convocatoria a una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Manga. Reyes explicó que desde 1955 el país ha sufrido cuatro golpes de Estado y que en tres de ellos se regresó a la democracia a través de sendas constituyentes, pero en esta ocasión “no se quiere ir a ninguna Asamblea Nacional Constituyente: se quiere lavar el atentado contra la democracia por la vía electoral”.
Según Reyes, “nuestro país está en una situación que nos lleva a plantear su refundación, porque en caso contrario, ¿de qué sirve ganar el gobierno si cuando se toma una medida que no le gusta al capital, que no le gusta a las transnacionales, que no le gusta al imperio, resuelven el tema con otro golpe de Estado?”
El dirigente sindical Carlos Reyes y Juan Barahona, coordinadores del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y miembros del FA, reconocieron que el retorno del ex presidente es muy positivo y lo consideraron como una victoria, porque “fue nuestro reclamo desde el golpe de Estado”, dijo Barahona.
Sin embargo, se mantiene la violación de los Derechos Humanos y la represión desatada sobre los activistas de izquierda desde el golpe del 28 de junio de 2009. “Definitivamente, en lo que se refiere a los Derechos Humanos, en lo que se refiere a la vida, se sigue atentando contra ella”, afirmó Reyes.
El líder sindical relató que en las últimas semanas fueron asesinados los hijos de un partidario de Zelaya en Olancho, su región natal, y un sacerdote reconocido por su labor a favor de los Derechos Humanos, el padre Fausto Milla, tuvo que huir del país por segunda vez (la primera fue en la década de 1980, en los años de plomo del intervencionismo estadounidense) tras recibir amenazas de muerte.
Además, a Enrique Flores Lanza, ministro de la presidencia de Zelaya, se le abrió un proceso judicial por corrupción durante el régimen que se instauró tras el golpe de Estado encabezado por Roberto Micheletti, y enfrenta la posibilidad de ser encarcelado de forma preventiva, lo cual violaría también lo acordado en mayo.
Para evitar la prisión, tendría que pagar una fianza de 1,5 millones de dólares impuesta por “una Corte Suprema golpista”, denunció Reyes.
Representantes de Venezuela y Colombia, cuyos presidentes fueron garantes del Pacto de Cartagena, visitaron Honduras para verificar el cumplimiento de los acuerdos pero todavía no han presentado ningún informe al respecto.
Por ello, el FNRP considera que ese acuerdo no fue más que “una trampa para lograr el regreso del país a la Organización de Estados Americanos (OEA) y, a la vez, para decir que en Honduras no ha pasado nada”.
Reyes sostuvo que “los medios de comunicación de la oligarquía empezaron diciendo que en Honduras no había habido un golpe de Estado y ahora dicen que en Honduras hay reconciliación, que todo es paz y tranquilidad y eso es completamente falso”.
Para contrarrestar esa versión idílica, y para pedir que se mantenga la actitud solidaria hacia el pueblo hondureño, Reyes y Barahona visitaron Uruguay y Argentina.
En Montevideo fueron recibidos por el presidente José Mujica y en Buenos Aires se reunieron con distintas entidades del movimiento social y con el secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno, Óscar González.
“En Argentina, nuestro mensaje tuvo una amplia receptividad, estamos satisfechos con la respuesta del pueblo argentino, que siempre fue solidario con nuestra lucha”, destacó Barahona, que fue uno de los portavoces más activos del FNRP durante las manifestaciones que pidieron cada día, durante casi seis meses, la restitución de Zelaya.
Pese a todo, Reyes, que durante el golpe fue herido cuando participaba de una manifestación y luego renunció a su candidatura presidencial para las elecciones de noviembre 2009 por considerar que no se daban las condiciones de libertad democrática para su celebración, indicó que la consecución del retorno de Zelaya fue “un golpe para la oligarquía, que lo quería tener afuera del país”.
Además, “los oligarcas pensaban que Zelaya se iba a reintegrar a su partido (el Partido Liberal) para que el bipartidismo siguiera reinando y así dejar olvidado el golpe de Estado, pero definitivamente no fue así”, indicó. El ex presidente “se sumó a un Frente Amplio que será el brazo electoral del FNRP en las próximas elecciones generales de 2013.
Según la Constitución vigente, Zelaya ya no puede volver a presentarse como candidato a la presidencia, pero uno de los objetivos del FA es la convocatoria a una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Manga. Reyes explicó que desde 1955 el país ha sufrido cuatro golpes de Estado y que en tres de ellos se regresó a la democracia a través de sendas constituyentes, pero en esta ocasión “no se quiere ir a ninguna Asamblea Nacional Constituyente: se quiere lavar el atentado contra la democracia por la vía electoral”.
Según Reyes, “nuestro país está en una situación que nos lleva a plantear su refundación, porque en caso contrario, ¿de qué sirve ganar el gobierno si cuando se toma una medida que no le gusta al capital, que no le gusta a las transnacionales, que no le gusta al imperio, resuelven el tema con otro golpe de Estado?”
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