Violencia sin fin
Desde que un golpe de Estado quebró la democracia en Honduras el 28 de junio del año pasado, se han sucedido las violaciones a los derechos humanos en ese país, cuya expresión más extrema han sido los asesinatos de quienes resisten a la represión del régimen, hoy encabezado por Porfirio Lobo.
Recientemente en un comunicado, la Confederación Sindical Internacional (CSI) -que representa a 176 millones de trabajadoras y trabajadores en 151 países y territorios- denunció el asesinato de la dirigente sindical Juana Bustillo, Presidenta del Sindicato de Trabajadores del Instituto Hondureño de Seguridad Social y miembro del Frente Nacional de Resistencia Popular.
Según la información recibida por la CSI y reproducida en el comunicado, Bustillo fue ultimada en la ciudad de San Pedro Sula, luego de haber participado en la movilización del 15 de septiembre efectuada por la resistencia, donde según la confederación “los manifestantes fueron objeto de una brutal represión de parte del Estado”.
Por ello, la CSI exige al gobierno de Lobo que tome medidas urgentes para investigar lo sucedido y para detener la violencia contra los sindicalistas.
Por otra parte, el Frente Nacional de Resistencia informó esta semana que Wilmer Alvarado, militante de la resistencia, integrante del Foro Nacional de la Juventud y miembro destacado de la comunidad gay en San Pedro Sula, fue encontrado asesinado a golpes en su habitación.
Su muerte, al igual que la de Bustillo, se suman a las de tantos luchadores y luchadoras que han perdido la vida en Honduras, únicamente por intentar que el país recobre la democracia.
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